Salir de la sombra del pecado
2016-01-14
1. Oración inicial
Amado Jesús, el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo y que se entregó en sacrificio vivo, santo y agradable al Padre para perdonarme, limpiarme de toda maldad. Gracias Señor porque mis pecados quedan en el mar del olvido. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”
3. Reflexiona
Qué declaración tan sublime la de Juan acerca de quién era Jesús. Algunos han pensado que era una referencia a su carácter manso y humilde como el de un cordero. Y por supuesto, lo era. Pero tal vez sea más acertado recordar que el cordero era un animal empleado especialmente para los sacrificios.
Hay varias razones por las que parece apropiado identificar al Señor Jesús con el cordero de la pascua. Primeramente, porque él fue sacrificado en la fiesta de la pascua. También el evangelista Juan explica que la forma en la que Cristo murió era en cumplimiento del sacrificio pascual. Pablo afirma en 1 Corintios «que nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros». Y de hecho, la pascua debía ser recordada por los israelitas porque por medio del sacrificio del cordero ellos fueron librados de la ira divina y se constituyeron como una nación. Esto mismo se podría decir de la Iglesia, que es librada del juicio de Dios y es constituida como tal a partir de la muerte de Cristo.
Jesús vino a quitar el pecado mediante su sangre, ha anulado el poder del pecado, para que como creyentes nacidos de nuevo, puedan vivir como si ese pecado nunca hubiera existido, por tanto debemos salirnos de la sombra del pecado de una vez por todas.
Sin embargo, por la naturaleza caída del hombre, sí se vuelve a caer en pecado, se tiene la promesa de Dios, sellada con la sangre de Jesús, que dice que cuando confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad. No tenemos que vivir ni un momento bajo la sombra del pecado, si inmediatamente nos arrepentimos y recibimos el perdón de Dios, esto es por fe.
Arrepiéntase y salga, por la fe, de la sombra del pecado a la poderosa luz del perdón de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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