¿Qué pasó con las emociones?
2023-05-04
1. Oración inicial
«Padre, tú pusiste en mí emociones para que las disfrutara, pero no para que me dejara dominar por ellas. Gracias porque a través de las Escrituras me revelas cómo mis decisiones deben siempre estar basadas, no en mis pensamientos, ni en mis sentidos o emociones, sino en la verdad de tu palabra que es pura y permanece para siempre, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
”Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” Génesis 2:15-17.
3. Reflexiona
En el devocional anterior hablamos sobre cómo Dios crea al hombre con: espíritu, alma y cuerpo; y cómo en el alma se albergan no solo nuestros pensamientos y voluntad, sino también nuestras emociones. Concluimos que las emociones son buenas y fueron puestas por Dios en el ser humano para nuestro bienestar y deleite, pero sobre todo para estar bajo control. Y aunque las emociones debieron permanecer en el hombre sujetas y siendo conservadas como Dios las había puesto (de manera buena), algo sucedió con ellas, y a través de la vida de Adán y Eva entenderemos qué pasó.
Recordemos que Satanás está interesado en que el hombre desobedezca a Dios, pero para que eso suceda debe utilizar su estrategia, la mentira. Lo puedes ver en Génesis 3:1 atacando el carácter de Dios: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Con esta mentira espera que Eva le crea y desconfíe de la bondad y amor del Señor, y termine debilitando su fe, dando como resultado la desobediencia a Dios.
El problema es que Eva al aceptar las mentiras del diablo y desconfiar del carácter de Dios, debilitó su fe, y con ello, se debilitó todo en ella pues como dice Hebreos 11:6a, “Sin fe es imposible agradar a Dios”. Se afectaron incluso sus emociones por la falta de fe, pues vemos cómo ante sus sentidos, que hacen parte de las emociones, el fruto del árbol prohibido ahora no era indiferente sino bueno, agradable y codiciable (Génesis 3:6). Y es que al debilitarse la fe terminó dando como resultado la desobediencia: tomando el fruto, comiendo de él, y además influenciando a su esposo para que comiera al igual que ella.
Esta decisión de desobediencia a Dios terminó dando acceso al pecado en la vida del hombre, lo que contaminó hasta las emociones. Por eso hoy en día podemos ver cómo la suma de nuestra fe debilitada, más el apoyo de las emociones contaminadas, dan como resultado malas decisiones. Pero, ¡tranquilos! El día de mañana veremos cómo en Cristo encontramos la respuesta para poner control a las emociones y tomar decisiones, ya no bajo la influencia de ellas, sino bajo los principios dados por Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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