Volver a empezar
2018-01-17
1. Oración inicial
Dios soberano, ayúdame a recordar la obra que has hecho en mi vida y de donde me sacaste para no caer más en pecado. Reconocer que tu mano poderosa me ha guiado siempre a pesar de mí. Necesito volver nuevamente en comunión contigo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en vosotros, prevaricadores. Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”. Isaías 46:8-10
3. Reflexiona
Somos tercos al no hacer la voluntad de Dios y guiarnos por nuestro propio entendimiento. Podemos estar reincidiendo constantemente en los pecados por los cuales ya Jesús murió y padeció en la cruz, mentimos con facilidad, pleiteamos, nos dejamos llevar de la ira y de los placeres del mundo comportándonos como carnales. El Señor nos hace un llamado a recordar lo que Él ha hecho por nosotros y sentir vergüenza de nuestra infidelidad. Evaluar nuestro pasado sirve para ver la mano poderosa de Dios siempre presente en nuestra vida. Entender que Dios ha estado activo y todo lo que nos pasa, lo permite como parte de su plan para nosotros.
Cuando nos volvemos pecadores obstinados, el Señor nos aconseja oír su Palabra ya que a través de ella el Espíritu Santo puede redargüirnos, mostrarnos en que estamos fallando y obrar en nosotros un arrepentimiento verdadero que nos lleve a renovar nuestra fe en Dios y a una genuina transformación. La salvación y restauración de un pecador empieza con un corazón humilde y contrito, que se dispone a obedecer.
Dios está trabajando silenciosamente en cada uno de nosotros y no se detendrá hasta vernos totalmente perfeccionados en sus manos, no dejará de cumplir lo que ha determinado: “Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”. Es hora de volver en sí y dejar de vivir en pobreza espiritual, pues teniendo tanta riqueza dada por Dios, nuestras vidas no dan testimonio de su gloria. No nos resistamos a lo que Dios quiere de nosotros, la obstinación es una forma de idolatría ya que tratamos de vivir como nosotros pensamos y no como Él Señor nos dice.
Recordemos 1 Samuel 15:23 “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. No seamos testarudos como Saúl que fue desechado por Dios por su obstinación y desobediencia a sus mandatos. Podemos estar equivocándonos cuando nos sentimos tentados a buscar las cosas que nos proporcionan placer, comodidad, paz o seguridad estando separados del Señor. Cosas que se vuelven ídolos en nosotros y lo desplazan. Volvámonos a Dios, arrepintámonos y recordemos el compromiso que adquirimos con Él desde el día en que creímos y lo aceptamos en nuestra vida.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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