Victoria por medio de la resurrección de Jesús
2020-04-12
1. Oración inicial
«Gracias sean dadas a Dios Todopoderoso, que nos ha dado la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo en su gloriosa resurrección, pues nos vestiremos de inmortalidad y santidad cuando estemos en su presencia. Gracias Señor porque nos abriste la puerta al cielo, pues contigo somos más que vencedores. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Corintios 15:53-57
3. Reflexiona
Jesús prometió preparar morada en la casa del Padre para sus discípulos y los que crean en su Palabra, pero es necesario que nuestra naturaleza corruptible se revista de lo incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revista de inmortalidad. Esa es la victoria de la resurrección. Pablo llama aguijón al pecado, pero el pecado fue quitado con el sacrificio de Jesús en la cruz y nos abrió la puerta a la eternidad.
Pablo dijo: «¿Dónde está, sepulcro, tu victoria?» Hoy muchos se han sepultado en la consecución del dinero, otros en el poder, la fama, los triunfos, etc., y al final la muerte llega. Lo grave es morir sin Cristo en el corazón, porque ya no se tendrá oportunidad, ya no se podrá revestir de inmortalidad, por eso es ahora la oportunidad para tomarse de la mano de Jesucristo, cruzar la frontera de la muerte y obtener la eternidad, pues solo tenemos la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Lo que sucede ahora y las cosas que vendrán son difíciles, pero solo en Cristo somos más que vencedores. Recordemos la gran tristeza, las lágrimas, la confusión y el temor de los discípulos, porque su maestro, después de una cruenta muerte yace en un sepulcro, pero la oscura noche pasó y llega la gloriosa mañana, y escuchan las más angelicales y dulces palabras: «No está aquí, pues ha resucitado» (Mateo 28:6a). Fue el triunfo de Cristo sobre Satanás, el triunfo de la vida sobre la muerte. Aquella victoria de la resurrección llega hasta nosotros en este tiempo.
Solo en Jesucristo proclamamos júbilo y victoria, al aceptar por fe la obra que Cristo realizó por nosotros en la cruz, y nos apropiarnos de la victoria que Él alcanzó en su gloriosa resurrección de entre los muertos.
Hermanos, debe arder nuestro corazón al leer los capítulos de las escrituras que nos revelan a Jesucristo vivo y hace que nuestra vida se rinda a Él.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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