Vencedores. Parte 1

Gracias Señor por tu Palabra, que es mi baluarte, mi seguridad y mi verdadera esperanza, he puesto mi mirada en tus principios para mantenerme en la vida y vencer todas las dificultades conforme a tu guía. Amén.

“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Romanos 8:37, Juan 16:33

¿Qué es lo que necesitamos para vencer las tentaciones, los problemas, las enfermedades, las incertidumbres de la vida, las preocupaciones? Una sola cosa, nuestra fe. Todas las cosas que son adversas las vencemos creyendo; cada vez que asalten dudas inmediatamente recordemos la cruz de Cristo y su resurrección, entonces nos convertimos en vencedores.
La fe, nos salva, nos sostiene y nos permite crecer, “el justo por la fe vivirá”. Por la fe, entendemos que el universo fue creado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía, así mismo cuando ponemos la fe en acción, se transforman y ordenan las cosas que están desordenadas. Colocar la fe en acción, significa primero aceptar su Palabra, confiar en ella y obedecerla. Cuando Dios, por ejemplo, nos dice que no tengamos temor, que tengamos confianza en Él, que seremos galardonados, así será. Su palabra es inconmovible, no regresa vacía (Isaías 55:11), hace lo que dice, por lo tanto, podemos estar seguros de que venceremos cuando nos aferramos a sus promesas.