Una sola carne

«Padre Santo, tu voluntad es buena, agradable y perfecta; has diseñado todo para darnos un futuro y una esperanza llena de bienestar y bendición.
Padre amado, tus hijos en la unidad del Espíritu te pedimos perdón por nuestros pecados, el de nuestras familias, nuestro país y del mundo entero, se tú teniendo misericordia para no pagarnos de acuerdo con nuestras iniquidades, sino por tu gran piedad y bondad; Señor, queremos más de ti, de tu amor y tu gracia, que sobreabunde en nosotros, en todo conocimiento y ciencia para estar siempre preparados y presentar defensa de la esperanza que hay en nosotros, en el nombre de Jesús. Amén.»

“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.” Efesios 5:31

Hoy en día la batalla para que se actúe de acuerdo con los principios bíblicos es cada vez más grande y difícil, porque estamos en un mundo pervertido por el pecado donde las personas actúan de acuerdo con sus deseos egoístas, engañosos y desmoralizados, y todo esto como consecuencia directa de una inmensa falta de temor de Dios.
El plan de Dios para el ser humano está en Génesis 1:28 “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” El mandato a Adán y Eva fue trabajar para fructificar y juntarse para multiplicarse. Pero ¿qué ocurre hoy por hoy? La sociedad está eligiendo delinquir para producir y está formando parejas donde biológicamente es improbable multiplicarse; lo que evidentemente está resultando en un completo caos con destrucción de la naturaleza y de la humanidad.
El diseño que nos muestra hoy la palabra de Dios para la realización de cada individuo es el fundamento, la base sobre la cual edificar, y si ponemos otra seguramente no resistirá. Por eso todos nacemos en una familia y en el momento que decidamos dejarla debería ser para formar otra.
Dice Proverbios 18:22 “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.” y Salmos 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.” Pero hoy en día el concepto de matrimonio es el de echarse la soga al cuello y tener hijos se ha reemplazado por tener mascotas.
Hermanos en Cristo, debemos ser ejemplo y promulgar con palabras y con hechos la formación de la familia como el mandato divino por excelencia (adecuado y perfecto), para nuestro bienestar y el de la sociedad.