UNA FE EFICAZ
2017-03-18
1. Oración inicial
Padre Dios, Tú conoces mi condición, mis luchas y necesidades, quiero buscarte con toda mi fe, permite tu acción sobrenatural sobre mí y guíame con tu Santo Espíritu para ver las maravillas a mi favor. Hoy declaro mi fe y mi esperanza en ti. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Por la mañana, volviendo (Jesús) a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”, Mateo 21:18-22
3. Reflexiona
Jesús nació y creció como cualquier niño judío, y como todo ser humano “tuvo hambre”, sueño, fatiga, por eso él comprende nuestra humanidad y nuestras debilidades. Como niño fue instruido, como joven y adulto fue tentado y enfrentó diversas dificultades, por eso comprende nuestras situaciones.
La Escritura dice: “todo fue creado por medio de él y para él”, por tanto conoce nuestra estructura material, emocional y espiritual, y sabe exactamente cómo ayudarnos y guiarnos.
La higuera apreciada entre los israelitas, produce su delicioso fruto durante diez meses del año, pero Jesús no encontró fruto. Así en nuestro “camino” nos vamos a encontrar con cosas que no responden a nuestras expectativas, quizá: decepciones, traiciones, engaños, calumnias, pero esas “higueras” deben ser aprovechadas para crecer y madurar; Jesús la aprovechó para enseñar, y los discípulos para aprender.
Vemos que cuando él habló la higuera se secó. La Palabra de Dios es poderosa: convierte el alma, redarguye, edifica, santifica, alimenta, es eterna, es viva, eficaz, poderosa, sana y libera.
Jesús revela el poder de la fe y cómo ésta genera maravillas, hará que superen los más grandes obstáculos, y los llevará a cosas mayores. La fe determina nuestra comunión con Dios, alimenta nuestra oración, pues si la hacemos “creyendo” recibiremos la respuesta de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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