Una fe auténtica. Parte 2
2020-08-31
1. Oración inicial
«Padre, sé que en Cristo tengo herencia incorruptible y recompensas eternas, ayúdame a poner mi mirada en lo celestial, no en lo temporal y efímero del mundo.
Por medio de tu Palabra, hazme nacer de nuevo, para disfrutar de todo tu amor y majestad. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.” Juan 20:27
“así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:11
3. Reflexiona
Jesús dijo que iba a morir en la cruz por nuestros pecados y así ocurrió, dijo que iba a resucitar al tercer día, y así ocurrió, prometió su Santo Espíritu a todos los que creyeran en Él, y así lo hizo, de lo cual somos millones de testigos, en el siglo presente, que disfrutamos de esta promesa morando en nuestro corazón.
Así que, confiemos plenamente en lo que Dios es, en lo que dice y en lo que Él puede hacer en nuestra vida, pues por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. (Hebreos 11:3).
Su Palabra entonces, hace en nosotros aquello para lo cual Dios la envió (Isaías 55:11), hace una nueva creación en nuestro interior, coloca orden al caos de nuestra conciencia y nos da vida espiritual, para que tengamos una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para nosotros (1 Pedro 1:3-4).
Por lo anterior, viendo lo que hace la fe en nosotros, desechemos toda incredulidad, acerquémonos a la fe auténtica de Jesucristo, para disfrutar de toda esta herencia y recompensa que tenemos en Él.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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