Una fe auténtica. Parte 1
2020-08-30
1. Oración inicial
«Señor Jesús, gracias a ti tengo una esperanza que no falla, una certeza que no flaquea, una convicción permanente en que mi porvenir depende de ti, es eterno y lleno de bendición; por tu sangre preciosa, me has hecho sentar contigo, en los lugares celestiales. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6
3. Reflexiona
La fe no tiene nada que ver con la superstición, pues la fe cristiana, se fundamenta en un hecho innegable, en la resurrección de Cristo, pues si el Señor no se hubiera levantado de los muertos, nuestra fe no tendría sentido (1 Corintios 15:14).
La fe, va más allá de un simple razonamiento humano, o de una comprobación experimental materialista, pues es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver (Hebreos 11:1), y estas cosas que esperamos, son las que Dios dice en su Palabra.
Es decir, al final aquello que no vemos, pero que esperamos pacientemente, se convierte en un hecho, en una realidad que impacta nuestro presente, nos da paz, amor, bendiciones espirituales y como añadidura, provisión para nuestras necesidades materiales (Mateo 6:33). La fe trasciende a nuestro futuro, pues nos coloca en la eternidad con Dios (2 Corintios 4:18), como nos dice la escritura de manera impactante, acerca del resultado de nuestra fe en Cristo: “y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,” (Efesios 2:6).
Ahora que vemos que la fe auténtica, trasciende más allá de lo material o temporal, ¡cómo no fijar nuestra mirada en el iniciador y perfeccionador de la fe, en Cristo Jesús! (Hebreos 12:2).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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