Una conversación con Dios. Parte 1
2018-10-16
1. Oración inicial
Amado Señor, hoy quiero una conversación íntima contigo, expresarte todo lo que hay en mi corazón, que tú me examines y me limpies; quiero escucharte y adorarte mi Señor por todo lo que haz hecho en mi vida… Amén
2. Lee la palabra de Dios
«Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.», Lucas 5:15-16
«Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.», Salmos 66:18
3. Reflexiona
Una conversación con Dios es lo más importante que debemos hacer en el día, más que los alimentos o el ruido de las multitudes, más que la agenda apretada con los afanes diarios, más que el trabajo, el dinero o la misma vida.
Si iniciamos una conversación con algún amigo o familiar no comenzamos pidiendo por alguna necesidad; de seguro primero preguntamos algo de esa persona, de manera amable nos tomamos todo el tiempo antes de hacer alguna petición. Pero si nuestra motivación para hablar con Dios solamente son las cosas terrenales o deseos egoístas, estamos en el camino equivocado, como explica su Palabra : “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” (Santiago 4:3).
Aunque Jesús mismo nos enseñó a pedir por nuestras necesidades, nos enseñó a colocar como prioridad la voluntad de Dios y el reconocer la grandeza y majestad del Padre (Mateo 6:9–13) a quién nos dirigimos con todo respeto y devoción, pero también con toda confianza, como dice “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye, y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho..” (1 Juan 5:14-15).
Como Padre lleno de bondad y amor, nuestro Dios, está interesado en nuestro corazón y una conversación con Dios inicia con un acto de sinceridad ante Él, donde le contamos en detalle nuestra condición actual, reconocemos nuestras fallas, permitiendo que Él nos examine y nos sane.
La clave de esta intimidad con Dios es la confianza, en lo que Dios es y en lo que Él puede hacer, pero también la dependencia total en sus planes. Necesitamos una conversación con Dios, porque así como Noé, Moisés, Daniel, David, Gedeón y muchos más, fueron transformados radicalmente, nuestra vida no será la misma luego de haber hablado con Dios.
Esa es la expectativa y la forma en que debemos orar: que no seremos los mismos luego de estar en la presencia de Dios, puesto que vamos siendo transformados, gracias a la acción de su Espíritu en nosotros, cada vez nos acercamos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn