Un verdadero Padre
2017-05-04
1. Oración inicial
Gracias Padre celestial, porque por medio de tu Hijo Jesucristo, me has aceptado y me has convertido en tu hijo, adoptándome en tu familia. Soy coheredero de todas tus posesiones y riquezas, y de todos los privilegios por ser tu hijo. Ahora sé que puedo clamar con confianza, porque me has amado y has tenido misericordia de mí. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades”. Isaías 49:8
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”Romanos 8:14-15
3. Reflexiona
¿Cómo actúa un verdadero Padre? Aconsejando, protegiendo, corrigiendo y enseñando. Así es Dios, nos nombró con ternura desde el vientre de nuestra madre. Su corazón es el asiento de la misericordia y el amor. Oír, ayudar y guardar son las características de la protección a su pueblo, a sus hijos. Se constituye en modelo para los padres, que están obligados a dirigir a su familia lo mejor que puedan.
Dios se ha tomado su tiempo para formarnos, nos ha escuchado, nos ha prestado la ayuda necesaria para capacitarnos, y nos ha guardado de los esfuerzos del enemigo para apartarnos de su voluntad. Isaías 43:7 dice “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. Nos escogió para hacer pacto eterno con nosotros y para ser herederos de todas sus riquezas en gloria.
En Mateo 6:9 que dice “Padre nuestro que estas en los cielos” nos da la idea de un Dios que no solo es santo y majestuoso, sino amoroso y personal. También al decir “Padre nuestro”, reconocemos que es el Padre de todos nuestros hermanos en la fe, constituyendo así una familia. Y también expresa de esta manera que no estamos ante un Dios lejano, sino un Dios que es cercano a nosotros, alcanzable. Se establece no solo una reverencia ante su presencia, sino una familiaridad santa y amorosa que nos da seguridad y confianza.
Tengamos la seguridad que Dios tiene un tierno afecto por su iglesia y su pueblo. Nos asegura su cuidado amoroso y su compasión, que es más grande que la de cualquier padre terrenal con su hijo. Nos ha puesto como marca en su mano, como dice Isaías 49:16 “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida”; como un tatuaje que le recuerda que tan importantes y valiosos somos para Él; pues fuimos comprados con la sangre preciosa de su Hijo Jesucristo y adoptados según el puro afecto de su voluntad.
Abba” fue la forma como Jesús se dirigía a su Padre, palabra que muestra una intimidad especial. Esta es la forma que debemos usar para acercarnos a Dios Padre. Es el Espíritu que implementa en nosotros ese sentido de intimidad y anula toda razón de temor, porque ahora somos hijos, con todos los derechos y privilegios que corresponden a un hijo natural.
Demos gracias a Dios, porque de pura gracia nos ha elegido para que seamos suyos. En su misericordia, nos ha tomado como su exclusiva posesión. El pasado ya no tiene ningún derecho sobre nosotros; Dios es el único que tiene derecho absoluto. Disfrutemos de esa vida nueva con Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn