Un tesoro más valioso que nuestras posesiones
2021-08-26
1. Oración inicial
«Amado Jesús, gracias porque me alumbraste con la luz del evangelio, porque lo diste todo en la cruz del calvario para asegurarme el reino de los cielos. A través del Espíritu Santo me has dado a conocer los misterios del reino y por eso, todo lo de este mundo, lo considero sin valía, comparado con el conocimiento tuyo, con la riqueza de tu Palabra, con el deleite de tu Presencia en mí. Señor Jesús gracias por ser mi tesoro. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”. Mateo 13:44
“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, y bienaventurados son los que la retienen”. Proverbios 3:13-18
3. Reflexiona
Este hombre de la parábola descubrió el tesoro sin haberlo buscado y tuvo que tomar una decisión. Se dio cuenta del inmenso valor que tenía y vendió todo lo que poseía para obtenerlo. Las cosas de las que se deshizo no le causaron pena sino gozo.
Esto es una paradoja ya que la salvación es gratis y sin embargo nos cuesta todo. El reino de los cielos es comparado con ese tesoro, entonces vale la pena sacrificarlo todo para obtenerlo. El tesoro escondido es el evangelio disponible para todos, sin embargo, muchos no lo descubren, porque a pesar que se predica de muchas maneras y en todo lugar, no lo ven, no le ponen atención y pasa desapercibido ante sus ojos que sólo miran lo banal de esta vida.
No es lo mismo con los que encuentran la Palabra de Dios y la escudriñan, hallan ese gran tesoro que es Cristo, encuentran todas las bendiciones espirituales y la vida eterna. Como dice Juan 5:39 “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”.
Cristo es el tesoro valioso, por eso debemos apropiarnos de Él a cualquier costo, es nuestro Salvador de gracia, todo pierde valor comparado con conocerlo, como decía el apóstol Pablo en Filipenses 3:8 “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”. El reino de los cielos es más valioso que cualquier cosa que podamos tener.
Este mundo sólo nos ofrece falsificaciones de la verdadera riqueza, tesoros que se corrompen, que se dañan, que son perecederos y no dan felicidad.
Entonces: ¿Cuál es nuestro tesoro?, ¿nuestra casa, trabajo, posesiones, nuestra familia, amigos, pareja, etc?. La palabra de Dios dice que donde está nuestro tesoro allí está nuestro corazón.
Jesús claramente dice que el reino de los cielos es nuestro tesoro, pero no todos lo ven. Muchos pasan la vida acumulando riquezas porque creen que sin dinero no pueden hacer nada, pero la Biblia nos aclara que es sin Cristo que nada podemos hacer, la ganancia espiritual es más valiosa que el oro y las piedras preciosas, como lo explica proverbios en la cita de hoy, porque ningún tesoro terrenal nos dará vida, deleite y paz como el conocimiento de Dios.
La invitación que hoy nos hace el Señor es que para obtener ese tesoro debemos entregarle nuestra vida a Él y entender que sólo Cristo nos puede satisfacer plenamente, no podemos servir al mundo y sus placeres y al mismo tiempo servir al Señor, por eso, hoy preguntémonos ¿Dónde está nuestro corazón? Recordemos que Jesús lo dio todo por amor para asegurarnos su reino.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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