Un nuevo toque de Jesús
2021-06-08
1. Oración inicial
«Señor tú sabes que te necesito, que mis fuerzas decaen y mis debilidades son evidentes, pero mi confianza no está puesta en mí, sino en el actuar del poder de tu fuerza en mi vida, por eso te pido Señor Jesús, me toques de nuevo, con tu mano sanadora y de amor, para ser fortalecido y lleno de tu Santo Espíritu. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza. ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento. Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció, y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.” Daniel 10:16-19
3. Reflexiona
Daniel con la visión que tenía le habían sobrevenido dolores, y no le quedaba fuerza, pero uno con semejanza de hijo de hombre le tocó sus labios para hablar y luego lo tocó por segunda vez para renovar su fuerza.
Cristo nos fortalece cuando desfallecemos, muchas veces decaemos a causa de las dificultades que experimentamos en este mundo caído, entonces “el Hijo del Hombre” como se hacía llamar nuestro Señor Jesucristo, viene en nuestra ayuda y nos fortalece.
Pero no podemos vivir de las rentas de experiencias espirituales pasadas, de un toque que tuvimos del Señor en años pasados, o de una experiencia que tuvimos por medio de su Espíritu Santo, necesitamos cada día experimentar su poder, que Jesús nos toque cada día.
Que cada día toque nuestros labios para hablar su Palabra con denuedo y no callar, que cuando comience un nuevo día, luego de orar, nuestra fuerza sea renovada para no decaer ante las injusticias y dolores de un mundo caído, y para que tengamos paz, aun en medio del problema. Así podemos entonces, seguir esforzándonos por agradar a Dios, no teniendo temor. Hoy pidamos a nuestro Señor y Salvador un segundo toque de su Espíritu para que permanezcamos día a día, experimentando el actuar del poder de su fuerza en nosotros como dice Efesios 6:10: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.”
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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