Un mismo sentir
2023-11-06
1. Oración inicial
«Padre estoy agotado de vivir en mis propias fuerzas, no puedo seguir así; por eso hoy corro a tus brazos y te pido que me ayudes a recordar que no hay más nada qué ganar, que no hay nada más que tenga que hacer para agradarte más, pues ya todo lo hizo tu Hijo Jesús. Sé que lo que quieres es que crea en esta verdad y, que mediante la fe, aprenda a vivir en este mundo como lo hizo tu Amado Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” Santiago 1:8
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8
3. Reflexiona
Cuán agotador es para el ser humano tratar de vivir de forma correcta, en sus propias fuerzas o emociones; pues un día te levantas con el ánimo de querer obedecer, pero en el momento en que viene la prueba decaen tus fuerzas y experimentas el fracaso. Esto me lo recordaba en oración el Espíritu Santo, que el hombre que es de doble ánimo termina siendo inconstante en TODO lo que hace; entonces me pregunté: ¿cómo puedo ser de un solo sentir para ya no vivir en esta dualidad? Y el Espíritu me llevaba a recordar a Cristo, específicamente en lo que dice la Escritura en Filipenses 2:5 “Haya pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”; Jesús 100% Dios, pero también siendo 100% hombre, nos revela la clave para ser de un mismo sentir: el despojo. El despojo voluntario del “yo puedo, tengo la capacidad, la fuerza”, pues todos estos pensamientos están enfocados en nosotros mismos (el ego), y es claro que la vida cristiana resulta imposible de vivir en nuestra propia humanidad. Sin embargo, con ese despojo no es suficiente, pues hay que añadirle dos cosas: humildad y fe; pues la humildad es la que me lleva a reconocer que sin Cristo no puedo vivir de manera correcta, y la fe es la que me enfoca y me revela que sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Por eso el Santo Espíritu de Dios, a través de la Biblia, ilumina nuestra mente y enseña cuán necesario y vital es creer que: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20, Juan 3:30).
Todo esto nos conduce a la obediencia, pues cuando practicamos: el despojo, la humildad y la fe, que en pocas palabras nos están llevando a quitar el ego del trono de nuestra vida y a cambio poner a Cristo, comenzaremos a vivir como un cristiano espiritual, aquel que experimenta el fruto del Espíritu Santo y tiene el mismo sentir de Cristo (Gálatas 5:22-23).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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