Un ejemplo de humildad
2016-06-30
1. Oración inicial
Padre Amado, ayúdame a no confiar en mi propio entendimiento sino en tu sabiduría, ayúdame a no exaltarme a mí mismo, pues tú, al altivo lo miras de lejos pero te agradas del humilde. Te ruego impregnes tu humildad y mansedumbre, haz tu carácter en mí. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo: Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación, que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor. Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos. Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca”, Números 27:15-20
3. Reflexiona
Moisés fue un magnífico ejemplo de humildad. Jehová le dio mucha autoridad, pues lo nombró caudillo de Israel. Sin embargo, vemos la modestia con que manejó una difícil cuestión sobre derechos de herencia, era un asunto importante, pues la decisión que se tomara sentaría un precedente legal para las generaciones futuras.
La Biblia nos dice que “presentó su causa delante de Jehová”. Después de cuarenta años de ser líder del pueblo, siguió poniendo su confianza en Jehová, no en sí mismo.
Moisés no pensaba que él debía ser el único con autoridad. Cuando Jehová permitió que otros israelitas también fueran profetas, no se puso celoso; al contrario, se alegró. Cuando su suegro le recomendó que delegase en otros, parte de su trabajo, aceptó humildemente el consejo. Y hacia el final de su vida, aunque todavía estaba fuerte físicamente, pidió a Jehová que le nombrase un sucesor. El elegido fue Josué, y Moisés lo apoyó de todo corazón. Además, instó al pueblo a que siguiera al joven líder que los conduciría a la Tierra Prometida, pues lo más importante para él no era su posición, sino el bienestar de ellos.
No permitamos nunca que el poder, la autoridad o nuestras aptitudes se nos suban a la cabeza. Lo que Jehová busca en sus siervos no es tanto su capacidad como su humildad. Si realmente somos humildes, seguiremos este sabio consejo bíblico: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento”.
Vale la pena seguir el ejemplo de humildad de Moisés. “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” Esa es, sin duda, una poderosa razón para imitar la humildad de Moisés
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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