Un día es suficiente para fracasar
2018-01-01
1. Oración inicial
Amado Dios, en este año que empieza quiero consagrarme a ti, dedicarte de todo corazón cada área de mi vida. Ayúdame a vencer la tentación y a tomar decisiones sabias que me ayuden a llegar a mis metas espirituales y personales. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa”. 2 Samuel 11:1-2
3. Reflexiona
Un día el Rey David decidió no cumplir con sus deberes reales y espirituales, esto lo llevó a pecar y le trajo consecuencias que cambiaron su vida: lágrimas, dolor por la traición de su hijo Absalón y la pérdida del hijo concebido con Betsabé.
Un día que decidamos alejarnos de Dios nos puede salir muy caro. La vida de David tomó otro rumbo después de haber alcanzado la cumbre en su reinado, apartó los ojos de Dios por un tiempo y su vida fue presa del pecado. Este casi lo destruye por completo pero la misericordia de Dios le salvó de la muerte, no obstante, su pecado dejó una huella imborrable en su vida, su hogar y la nación.
Te puedes preguntar ¿Qué sucedió con David para caer tan profundo? La verdad es que todos los hijos de Dios somos tentados en todo momento, de nosotros depende si decidimos tomar la salida que Dios nos da o caer en la tentación y sucumbir al pecado. Como David, no debemos descuidar nuestra vida espiritual, podemos estar colocando los ojos en lo terrenal y esto cambia nuestra visión de lo que Dios quiere de nosotros. ¿Dónde está puesto nuestro interés? Si apartamos los ojos de Dios, empezaremos a actuar en nuestro propio criterio y esto nos va a traer serias consecuencias.
Que este nuevo año sea un año donde tomemos sabias decisiones que nos lleven a ser mejores personas, a consagrarnos al Señor para vivir santamente. Siempre estaremos rodeados de tentaciones, siempre tendremos luchas espirituales, pero si decidimos en nuestro corazón apartarnos para Dios, estaremos más dispuestos a agradarlo y obedecerlo en todo. Cuando rendimos nuestra vida, el Señor es nuestra fuerza en los momentos de debilidad. “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” Filipenses 4:13. Esta es la seguridad que brota de nuestra fe en Cristo.
Es el momento de pensar qué queremos para este año y evaluarnos a nosotros mismos. Cada uno sabrá qué ajustes tendrá que hacer para lograr lo que quiere. De pronto necesitamos afianzar más nuestra relación con Dios, buscándolo todos los días en oración y meditación de su Palabra, o congregarnos más frecuentemente en la iglesia para fortalecernos y estimularnos al amor y a las buenas obras. No permitas que una mala decisión arruine tu vida.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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