Un caminar digno
2016-03-15
1. Oración inicial
Señor, quiero caminar dignamente, para que otros vean tu presencia en mí. Tú me has dado ejemplo para que siga tus pisadas. Quiero andar en pureza y santidad. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”.
3. Reflexiona
Dios nos exhorta a través del apóstol Pablo a tener vidas dignas del llamado que hemos recibido. Esto incluye ciertas cualidades en el trato con los demás, humildad, gentileza, paciencia, comprensión y mucho amor. Los demás observan nuestra vida. Preguntémonos ¿Cuánto pueden ver los otros, a Cristo en nosotros?
La unidad de un cuerpo no se consigue por sí sola, debemos amar y aceptar a los demás tal como son y no causar divisiones. Concentrémonos más en lo que nos une que en las diferencias: un cuerpo, un Espíritu, una misma esperanza, un Señor, una fe, un bautismo. Entendamos que somos un cuerpo y cada uno se complementa con el otro. Lo que me falta a mí, lo tiene mi hermano.
Andar es caminar alrededor de Cristo, siguiendo sus pisadas, gozando de su compañerismo, de su amor, de todas sus riquezas y bendiciones, nos llama a ser tolerantes y compasivos con los demás, a dar un debido uso a los dones con que hemos sido dotados, para fortalecer la iglesia, nos llama a la pureza y santidad, a andar en amor como hijos de luz. Él está por todos y en todos, mostrando su presencia activa en el mundo. Caminemos entonces con dignidad representando bien a Jesús.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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