Tus mandamientos son mi deleite
2018-09-20
1. Oración inicial
Padre Amado, ayúdame para que todos los días de mi vida tu Palabra sea mi deleite, que sea tan dulce como la miel a mi paladar. Quiero obedecerte sin reservas, guardar tus mandamientos y ser fiel a tus enseñanzas. Quiero caminar en rectitud para que tu gracia se manifieste en toda mi generación. Gracias Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre”, Salmo 112:1-3
3. Reflexiona
Cuando la Biblia habla de temor de Dios no se refiere a miedo a Dios, sino a respeto y obediencia. El guardar sus estatutos no debe ser pesada carga, Jesús mismo lo dijo: “porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:30), el obedecer debe ser un deleite, una enorme satisfacción, seguridad, confianza y gozo para el hijo de Dios. El hombre sin Dios vive con temores y miedos. La biblia dice: “Huye el impío sin que nadie lo persiga; Mas el justo está confiado como un león” (Proverbios 28:1).
El temor a Dios nos impulsa a amar sus mandamientos, a deleitarnos en su Palabra y lo podemos hacer cuando nos apropiamos de sus promesas. El salmista dice que el hombre que teme a Jehová vera a su descendencia prosperar, habrán bienes y riquezas en su casa, resplandecerá en medio de las tinieblas y hasta podrá prestar a los demás, gobernando su vida con justicia. Si bien, no todos poseemos grandes bienes materiales, pero si andamos en integridad delante de Él podemos estar seguros que nada nos faltará, ya que su deseo es de bien en todas las áreas de nuestra vida, en lo material, lo espiritual, lo emocional y en la salud. Dice la Biblia: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”, (3 Juan 2).
Dios como el mejor Padre, quiere lo mejor para nosotros, y si no escatimó su propio Hijo, cuánto más nos dará todas las demás cosas que necesitamos. Las Escrituras dicen: “y hago misericordia a mil generaciones, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. (Éxodo 20:6) Tenemos la iniciativa de cambiar el rumbo de nuestros hijos y de nuestra descendencia, así que amemos al Señor y obedezcamos a su Palabra.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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