Tú eres el Cristo
2018-02-15
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, hoy veo con nitidez que eres mi único Señor y mi único Salvador, te he conocido a través de tu Palabra, eres el Dios viviente y sólo tú tienes palabras de vida eterna. Gracias Señor, Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesárea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.”, Marcos 8:27-29
3. Reflexiona
La pregunta que Jesús hizo a sus discípulos está vigente para nosotros. Y así como aquella época, aún hoy Jesús recibe diversas respuestas equivocadas: Eres sólo un gran hombre, un gran maestro, un gran líder, eres un mensajero de Dios semejante a otros, etc.
Puedes tener un buen concepto de él sin llegar a entender realmente quién es él, como le paso a muchos del pueblo judío. Pero los discípulos, después de un tiempo de crecimiento, habían llegado a comprender que Jesús era el Cristo, tal como lo manifestó Pedro.
Para ellos, si Jesús era el Cristo, lo que había que hacer inmediatamente era llevarlo a Jerusalén para que ocupara el trono de David su padre. Pero fue entonces cuando Jesús comenzó a enseñarles para asombro de todos, «que le era necesario padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días» (Marcos 8:31).
Él enseñó una doctrina nueva, fue el primero en llamar a Dios «Abba» Padre. Predicó una moral elevada y exigente, cumplió la Ley de Moisés, y vivió de acuerdo con sus enseñanzas en incomparable santidad. Realizó muchos milagros. Amó a todos, especialmente a los niños, los pobres, los enfermos y toda clase de marginados. Perdonó a los pecadores y a sus propios enemigos. Y finalmente culminó una vida de total obediencia al Padre entregándose en su pasión y muerte para redimir al mundo. Sus discípulos dieron testimonio de que resucitó al tercer día, se les apareció vivo durante 40 días y completó entonces sus enseñanzas sobre el Reino de Dios, Reino que Él mismo hizo presente en plenitud en su propia Persona.
La Biblia nos enseña que Él es perfecto Dios y perfecto hombre, «igual a nosotros en todo, excepto el pecado». Al morir en la cruz destruyó el poder del pecado y al resucitar nos dio la vida eterna.
Hoy los cristianos reconocemos a Jesucristo como único Salvador del mundo, sólo Él tiene palabras de vida eterna. Conozcámoslo, amémoslo y sigámoslo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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