Tres decisiones trascendentales. Parte 4
2023-07-20
1. Oración inicial
«Gracias Señor Jesús porque tú me has liberado del poder del pecado y de la muerte, ahora puedo servirte con el mismo amor con el que tú me has amado. Viviré mi vida en agradecimiento a ti, sirviéndote de corazón y haciendo cada cosa para gloria de tu nombre. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”, Colosenses 3: 23 – 24.
3. Reflexiona
La tercera y última decisión más importante de nuestra vida se trata de escoger nuestro oficio o profesión. ¿Nos ocuparemos en lo que nos guste o en lo que no toque? Es trascendental porque de ésta dependerá el sustento diario, la educación de nuestros hijos, la posibilidad de ahorrar y darnos una buena calidad de vida, pero sobre todo y lo más importante, dependerá el servicio que le podamos prestar a Dios y a la sociedad, pues esto le da sentido a nuestra vida y nos pone en el camino de la excelencia. La provisión viene de Dios y de Él recibiremos la recompensa cuando le sirvamos con el corazón. Como está escrito: “ no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre” Efesios 6: 6-7
Qué privilegio tienen los que han conocido de Dios antes de tomar esta decisión, una relación con Dios, íntima y personal, garantiza que tengamos la luz y la guía que necesitamos para encontrar nuestro propósito y elegir por amor y vocación el oficio con el que le serviremos toda la vida, pues es más fácil servir “de corazón y de buena voluntad” cuando hacemos lo que nos gusta en lugar de lo que nos toca. En caso contrario, y si ya hemos elegido una profesión u oficio que no nos gusta, la solución también está en establecer una relación con Dios, pues sólo Él conoce nuestro corazón y es capaz de poner en orden todas estas cosas y utilizarlo todo para nuestro bien. El amor de Dios que es derramado en nuestros corazones por su Espíritu Santo puede cambiar incluso la actitud y el gusto con el que hacemos nuestro trabajo. Después de tanto amor recibido sin que lo merecieramos ¿cómo negarnos a darlo cuando nos lo demanden?
Sea que no hayamos escogido lo que haremos en el futuro o sea que sí, el amor de Dios que es más fuerte que todas las cosas, nos ayudará y nos guiará a servirle con el corazón, haciendo las cosas primeramente como para Él y no para los hombres.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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