Trato con tu hijo
2015-08-27
1. Oración inicial
Excelentísimo Señor, me has dado el privilegio de ser padre, dame la sabiduría y la inteligencia que proviene de tu boca para continuar guiando la vida de mis hijos. No permitas que se aparten de tu camino, ni que su pie resbale, rodéalos de tu favor y que siempre tus ángeles acampen alrededor de ellos guardándolos y defendiéndolos. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre; Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello”.
“Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios”.
3. Reflexiona
¿Sueñas con un futuro venturoso para tu hijo? ¿Qué debes hacer para que esos sueños se cumplan? ¿Cómo debes vivir? El secreto está en un amor verdadero, un amor con sabiduría. Cuando los padres aman a Dios y se aman entre sí, reina la armonía. A la inversa, si los padres se olvidan de Dios y de los principios que él ha dado para el hogar y la familia, en vez de armonía prevalecerá el caos.
He aquí unas exhortaciones que te pueden ayudar a ser unos padres felices:
Recuerda que tu hijo es persona y merece que le trates como tal. No se trata de las insolencias o malacrianzas infantiles que demandan corrección. Más bien son esas ocasiones en que los niños necesitan ser escuchados por sus padres. Necesitan respuesta a algo, consuelo y comprensión. Como padre debes estar muy atento a esas necesidades. No abuses del “Cállate”, o “Déjame tranquilo” Tal actitud da lugar al alejamiento y corta las líneas de comunicación.
Ten oído para las demandas de tus hijos. El niño vendrá a ti a menudo con toda clase de peticiones y tú en veces lo mimas y en veces lo rechazas. Enséñale desde el principio los valores de la vida. Amor no es sólo dar regalos, sino saber cuándo darlos y cuándo no. Dile siempre a tu hijo la verdad. La formación de su carácter y de su personalidad está en tus manos. No lo malcríes. Aprovecha cada oportunidad para inculcarle los principios de una vida sabia y ordenada, los cuales están en la Palabra de Dios.
Ayúdale a desarrollar sus propias capacidades. Enséñale a confiar en Dios. Enséñale a leer la Biblia y a orar. Tu propia actitud como padre en cuanto a las cosas espirituales será el modelo que más influya sobre las decisiones de tu hijo.
Ayúdale a escoger metas de valor. No le impongas tus propias preferencias, pero enriquece sus conocimientos a fin de que él sea capaz de elegir sabiamente. Enséñale no sólo a triunfar sino también a perder. Enséñale que hay límites en la vida. Establece reglas en tu hogar y no consientas que sean desobedecidas. Un niño aprecia el No tanto como el Sí. Aprendiendo a obedecerte como padre, le será más fácil llegar a obedecer a Dios. De esa manera estará preparado para hacerle frente a circunstancias inesperadas o adversas fuera de su control.
La Biblia dice: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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