Trasformados. Parte 3
2018-05-23
1. Oración inicial
Padre, en el nombre de mi Señor Jesús, hazme un cristiano diligente, que no se rinda y que pueda crecer para llevar mucho fruto, practicando todo lo que me enseñas. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.” 2 Pedro 1:5-8
3. Reflexiona
No nos podemos quedar sólo en la teoría bíblica, Dios nos da herramientas para que diligentemente avancemos, añadiendo a nuestra fe el ser personas íntegras en todo lo que pensamos y hacemos, y esta integridad se sustenta en nuestra dependencia diaria con Dios y su Palabra.
La obediencia es el fruto de una mente renovada y de un corazón transformado. Por lo tanto, no podemos quedarnos sentados esperando un crecimiento, sino que diligentemente debemos buscar ser discipulados, orar cada día con devoción, buscando que el examen diario con Dios nos permita estar vigilantes, despiertos y atentos a obedecer la voluntad de Dios.
Así mismo, ser amables, llenos de paciencia y con dominio propio, atentos a nuestra conducta, por amor a la obra que Cristo hizo en nosotros, y la que hará a través de nosotros con los demás, pues no hay mejor manera de evangelizar que dar ejemplo a los demás que Cristo vive y se manifiesta en cada vida trasformada.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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