Tras la huella de Jesús

Gracias Señor Jesús, quiero imitar tu amor y seguir tus huellas, vivir como tu viviste, siendo luz en medio de la oscuridad. Amén.

“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;” 1 Pedro 2:21

Enseñar con el ejemplo es la forma más coherente de transmitir un mensaje o un conocimiento; nuestras actitudes, nuestra forma de demostrar amor, compasión y perseverancia, hablarán de nosotros más que nuestras palabras.
Pablo por el Espíritu Santo dice en 1 Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”, él presentó mediante su propia vida el fruto del Espíritu Santo, haciendo evidente que Cristo moraba en él, por esto con toda confianza, podían imitar su comportamiento.
Jesús se muestra así mismo como el camino verdadero (Juan 14:6), Él nos enseñó incluso cual debe ser nuestra actitud y nuestro sentir cuando dijo “aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”, (Mateo 11:29).
Podemos, por lo tanto, con toda confianza y fe en Cristo, seguir las huellas de Jesús, vivir tal como Él vivió (1 Juan 2:6), imitar su conducta, su carácter y su amor, Él nos abrió ese camino a través del velo, es decir su carne, que fue molida por nuestros pecados dándonos la libertad de caminar de la mano de Dios. (Hebreos 10:19-22).