Transformados. Parte 2

Padre, cada día anhelo estar en tu presencia para ser renovado y para crecer en tu verdad que me hace libre, te pido Señor que cada día me des a beber de tu fuente de amor, por medio de tu Palabra. Amén.

“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,” 1 Pedro 2:1-2

Luego de haber creído en el Señor Jesucristo como nuestro salvador personal, inicia una nueva vida, somos niños espirituales recién nacidos que necesitan la leche espiritual para sustentar su crecimiento. Este alimento se basa en tres prácticas no rituales que debemos a diario practicar para no desnutrirnos espiritualmente: El estudio bíblico, la oración y alabanza o adoración, es decir orar y adorar conforme a su Palabra, con la dirección de su Santo Espíritu que habita ahora en nuestro corazón. Esta práctica diaria devocional (por esto la importancia del presente devocional como herramienta de crecimiento), permitirá que nuestros sentidos espirituales estén atentos a la dirección de Dios para poner en práctica los principios que nos enseña cada día.
Al tener como base nuestra fe, debemos proseguir hacia el crecimiento en el conocimiento de su Palabra para que nuestra mente sea renovada, así mismo la intimidad de la oración permitirá que Dios nos trasforme conforme al fruto de su Espíritu, nuestro comportamiento moral, nuestra forma de actuar. En otras palabras, somos transformados a medida que entendemos y practicamos su voluntad. La invitación es a que estemos atentos a este devocional como herramienta de crecimiento y lo compartamos con otras personas para que también reciban alimentación diaria conforme a la dirección de su Espíritu.