Transformación
2024-11-10
1. Oración inicial
«Padre, fortalece mi fe para perseverar en llegar a ser como Cristo, colocando mi mirada en él y siguiendo adelante a pesar de mis debilidades, sabiendo que tú me guías en tu Espíritu impulsado por la gracia de Dios que actúa para llevarme a una vida íntegra tal como Cristo vivió. En el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”, Romanos 12:2
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”, 2 Corintios 3:18
3. Reflexiona
Un creyente puede ser tentado a rendirse por que no ve un cambio radical en muchas cosas de su carácter. Solemos juzgar incluso si vemos a un redimido con alguna deficiencia de carácter y pensamos mal de nuestro hermano, sin embargo, Jesús está haciendo una obra en cada uno de nosotros respecto a moldearnos a su imagen para poder reflejar plenamente su amor (Filipenses 1:6). Por ejemplo, cuando ocurre una situación en la que no hemos respondido con un carácter apacible y amable como el de Cristo, podemos estar tentados a tirar la toalla, pero es precisamente allí donde necesitamos nuevas fuerzas y una renovación de la manera en que estamos entendiendo la gracia de Dios. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,” (Tito 2:11-12) Este versículo es claro en enseñarnos que la gracia de Dios se ha revelado para salvación de todos y nos enseña que podemos renunciar a la pasada manera de vivir llena de pecado, es decir, que la gracia es como una maestra que nos lleva a vivir como Dios quiere que vivamos, en perfecta obediencia pero también reflejando todo el fruto del Espíritu; nos va llevando de la mano y es nuestra responsabilidad responder a su guía.
Somos transformados por el Señor, pero también estamos llamados a renovar nuestra manera de pensar para poder comprobar la voluntad perfecta de Dios y como efecto práctico ser irreprensibles en nuestra manera de vivir. Oremos para que se cumpla en nosotros lo que dice la Palabra de Dios: “Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo”, 2 Tesalonicenses 3:5.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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