Transacciones celestiales

Padre, en el nombre de Jesús, te entrego todo mi dolor, mi tristeza, mi incertidumbre, mi enfermedad, mis dudas y todo aquello que este en contra del conocimiento de Cristo, todo aquello que no me permite permanecer en tu gozo y tu reposo

“ Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?”1 Samuel 15:14
“ Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”, Mateo 11:28
“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.”, Isaías 40:29-31

En el mundo, diariamente se realizan millones de transacciones bancarias, millones de compra y venta de productos y servicios; cada minuto las personas intercambian bienes y servicios.
En nuestra vida a diario intercambiamos tiempo a cambio de dinero, compramos unos zapatos nuevos porque los viejos nos tallan o ya están pasados de moda.
Pero hay muchas cosas que afectan nuestra vida, nuestra salud, nuestras relaciones personales, familiares o matrimoniales, las cuales no queremos salir de ellas ¿ o no podemos?. A muchos nos gusta quedarnos con la tristeza, con el dolor en nuestra vida, nos gusta guardar rencores o almacenar desanimo.
Aunque Dios le había ordenado a Saúl, que destruyera absolutamente todas las posesiones y al enemigo, el decide quedarse con algunas cosas; aunque Dios nos pide que alejamos de nuestra vida todo lo que nos afecta, nosotros decidimos quedarnos con ellas.
En el mundo si quieres algo debes pagarlo, y si quieres algo de gran valor debes pagar un alto precio. Jesús en la cruz pagó el mas alto precio por nuestra libertad, pues somos valiosos a sus ojos; y diariamente anhela que llevemos todas las cargas a él y nos hará descansar, no nos pide nada a cambio, mas que confiar en su palabra.
Nuestro amado Señor también nos pide que entreguemos la enfermedad y él la cambia por sanidad, según Éxodo 23:25 y Jeremías 30:17; nos quita toda aflicción, Salmos 34:19, nos quita todo temor, 1 Juan 4:18. A cambio de nuestra debilidad el nos fortalece, a cambio de nuestro cansancio el nos renueva, según Isaías 40:29.
En conclusión así como compramos y vendemos cosas que no necesitamos, hagamos la mejor transacción de nuestras vidas, entregando todas nuestras cargas, miedos, pecados a Jesús y el a cambio nos dará su paz, su consuelo, su fuerza, su amor y su reposo.