Tenemos un propósito eterno
2019-02-15
1. Oración inicial
Señor, gracias porque me formaste en el vientre de mi madre, ahora quiero que formes en mí un hombre que te obedezca y que ande en tus caminos, que no viva esclavo del pecado sino libre por medio de la fe en Jesús.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra.”, Salmos 139:13-15
3. Reflexiona
No nacimos por una coincidencia, no somos producto del azar ni de la suerte. Estuvimos antes en el pensamiento de Dios, el cual creó y desarrolló todos los mecanismos inteligentes para ser formados en el vientre de nuestra madre, nuestra información genética tiene millones de bytes de información estructurada y almacenada de lo que somos. Por lo tanto fuimos creados por Dios para su gloria y alabanza, no somos un accidente, sino que tenemos un propósito único, personal y determinante.
Pero el pecado nos desvía de ese propósito, ataca nuestra identidad personal, nos desvía de lo que somos y de nuestra misión, porque inserta en nuestro ser la maldad, el dolor, la enfermedad y la muerte.
Gracias a Jesucristo, que muriendo en la cruz, nos mostró el camino; por la fe en Él somos nacidos de nuevo para vivir libres y no bajo el pecado, vivimos dirigidos por su Espíritu para andar en el propósito que Él quiere que se cumpla en nosotros, como dice el Salmo 138:8 “El Señor cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Señor, es para siempre; no desampares la obra de tus manos”.
Somos la obra de sus manos, por lo tanto Él no nos abandona, Él quiere que vivamos vidas llenas de abundancia y esa abundancia se refiere a la verdad, los valores y la integridad que nos sostendrán a pesar de la dificultades.
Por lo tanto, conociendo que nacimos con un propósito eterno que se revela y se cumple por medio de la fe en Cristo, acudamos a su llamado, conozcamos a su hijo Jesús para que nos de nuestra identidad, y aprendamos a actuar conforme a ese llamado; viviendo para agradarle a ÉL y obedeciendo su verdad.
Una identidad correcta produce una forma de actuar correcta y un caminar en integridad.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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