Tenemos la mente de Cristo
2020-10-07
1. Oración inicial
«Señor Jesús, gracias por darme tu mente, quiero fijar mis ojos en ti y en la Verdad de tu Palabra. En mi comprensión humana las cosas aquí se tornan sombrías y abrumadoras, por eso quiero que me enseñes a pensar como tú, en lo bueno, puro honesto, justo, amable y lleno de virtud, para traer paz a mi corazón y equilibrio a mis pensamientos y actuar inteligentemente. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. Colosenses 3:1-3
“Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo”. 1 Corintios 2:16
“porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. 2 Corintios 10:4-5
3. Reflexiona
Nunca debemos subestimar el poder que tiene la mente. Por eso es una de las facultades de nuestra vida más difíciles de someter a Cristo en obediencia. La Biblia nos dice claramente que si pertenecemos a Cristo, tenemos su mente. Lo sabemos pero, ¿realmente nos dejamos guiar por Él, por sus pensamientos? Esta es una batalla diaria que libramos porque nos cuesta pensar como Jesús lo hace, ya que es totalmente contrario a nuestra razón permeada por nuestro egoísmo y nuestra naturaleza humana deformada por el pecado.
Si tan sólo entendiéramos que nuestros pensamientos ajustados a los parámetros de Dios traen lucidez mental, podríamos ver las cosas con más claridad. La Palabra de Dios nos da las armas espirituales para derribar las fortalezas de nuestro razonamiento que parecen impenetrables, para destruir los argumentos falsos que hemos formado desde la niñez, para destruir todo obstáculo de arrogancia que se levanta contra el conocimiento de Dios y capturar nuestros pensamientos rebeldes a su voluntad, llevándonos a la obediencia a Cristo.
El Señor nos pide cuidar nuestra mente para actuar inteligentemente en situaciones difíciles y tener la capacidad intelectiva y equilibrada de Cristo, según los que dice Filipenses 4:7 “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
Tener la mente de Cristo es una verdad sorprendente, porque no es la sabiduría humana sino la divina, entonces podemos escoger nuestros pensamientos, rechazar las mentiras del enemigo y vivir de acuerdo a la Verdad. Podemos fijar nuestra mente en las cosas de arriba donde está Cristo o decidir tenerlas en lo terrenal, en lo perecedero. Podemos creer lo que dice Dios de nosotros que somos santos, amados, perdonados, y totalmente restaurados o creer en lo que el enemigo constantemente nos repite: que somos insuficientes, que somos un fracaso, que no podemos, etc.
Hermanos, elegimos hoy creer en la Verdad de Cristo e influenciar con ella la vida de otros o seguir en las mentiras que nos llevarán a opacar nuestra vida espiritual.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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