¿Temiendo o velando?
2020-12-16
1. Oración inicial
«Papito Dios, te doy gracias porque has sido fiel, no has permitido que ningún mal llegue a mí, me has protegido y sustentado todos los días de mi vida; te pido, Padre, que me mantengas firme y con la mirada puesta en Cristo para no temer ni desfallecer; ayúdame a permanecer velando y orando en todo tiempo para estar fortalecido y preparado para la venida de mi Señor Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.” Lucas 21:25-26
“Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” Lucas 21:36
3. Reflexiona
Sabemos que la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo está cada día más cerca, la pregunta es ¿en qué año será? No, esa no debe ser nuestra pregunta, porque como el mismo Señor nos enseñó, solo el Padre conoce el día y la hora (Mateo 24:36); así que lo que nos debe cuestionar es: ¿estoy preparado para recibir al Señor? ¿Cómo me encuentro, temiendo o velando?
¿Cuál fue la instrucción de nuestro Señor? Si nosotros observamos su Palabra podemos ver claramente que las cosas que están sucediendo son necesarias antes de su segunda venida, y por las cuales habrá muchas personas confundidas y desfalleciendo por el temor que estas les causan, pero no debe ser así en nosotros, precisamente el Señor nos exhorta a que nos mantengamos firmes y con nuestra cabeza en alto porque nuestra redención está cerca (Lucas 21:28); el momento esperado y anhelado está a la puerta.
Así que no es tiempo de temer, por el contrario, debemos estar vigilantes y en constante oración. Nuestra comunión íntima con el Padre debe ser fortalecida para que sean sus pensamientos los que inunden nuestra mente y no nuestros temores o nuestras ideas. De esta manera nos estaremos preparando para ese gran regreso, para esa venida gloriosa.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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