Te alabo mi Rey
2017-02-13
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, mis labios confiesan tu Nombre, no hay otro nombre en el que podamos ser salvos, por eso con mi alma y en la integridad de mi corazón cantó al Dios de mi Salvación y me gozo en la alabanza al Rey Eterno. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Jesucristo, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”, Hebreos 13:15
“149:1 Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos. Alégrese Israel en su Hacedor; Los hijos de Sion se gocen en su Rey. Alaben su nombre con danza; Con pandero y arpa a él canten. Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la salvación”, Salmo 149:1-4
3. Reflexiona
El único sacrificio que Dios exige y acepta de nosotros es el sacrificio de alabanza. ¿En qué consiste? En que nuestros labios confiesen el nombre del Señor como fruto de un corazón agradecido.
La alabanza es el acto de glorificar a Dios, ensalzarlo y bendecirlo, se hace a través de la música, los himnos y los cánticos. Pero aún más profundamente en la integridad del corazón, es una llave del reino de los cielos que abre la puerta a la comunión con Dios.
El amor es la medida de la alabanza, así que debemos amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas, para que Dios tenga contentamiento en medio de ella.
La alabanza tiene múltiples de beneficios: derrota a los demonios, produce victoria, nos pone de buen humor y mantiene la salud. Por eso es que debemos alabar siempre, como un estilo de vida, tanto en nuestros hogares, en nuestras congregaciones como ante los incrédulos.
El universo en expansión alaba todo el tiempo junto con los ángeles. Los tres reinos de la naturaleza: animal, vegetal y mineral, alaban constantemente a Dios.
El creyente tiene la llave de la alabanza en su mano y puede usarla para entrar al reino sobrenatural, queda sintonizado con los ángeles, con la música de las esferas del universo, y sobre todo, con el Espíritu de Dios, cuyo poder desciende sobre su vida.
¿Alaba a Dios de esta manera?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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