Sublime gracia
2023-02-19
1. Oración inicial
«Señor, quiero vivir en el estado natural de todo creyente: tu gracia sublime; sostenido en tu verdad, pero viviendo en santidad, mostrando en amor que Cristo mora en mí y que el pecado no tiene poder en mi vida. En el nombre de Cristo Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,” Tito 2:11-13
3. Reflexiona
La gracia no es permiso para pecar, como muchos piensan equivocadamente, incluso Pablo por el Espíritu aclara en Romanos capítulo sexto el mismo interrogante: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” y es contundente en responder la pregunta: “En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1-2).
Debemos saber, por tanto, que nuestro viejo hombre ha sido crucificado juntamente con Cristo, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado (Romanos 6:6).
Es un hecho radical que nuestro viejo hombre ya fue crucificado, pero seguimos en este cuerpo mientras viene nuestro Señor Jesús a darnos un nuevo cuerpo celestial (1 corintios 15:52); el Señor nos proveyó de su Espíritu para que, por Él, hagamos morir las obras de la carne y no andemos guiados por nuestra tendencia a hacer el mal, sino por el amor que ha sido puesto en nosotros (Romanos 8:13).
Esta es la gracia sublime de Cristo, que no solo por medio de la fe en su nombre nos rescató, sino que nos sostiene y nos enseña a vivir de manera piadosa, afirmando acerca del pecado: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.” (Romanos 6:12).
¡Qué hermosa revelación de la gracia!, es como nuestra maestra que nos sostiene y nos enseña a vivir en santidad mientras se revela nuestro Señor Jesús en su segunda venida; pero leamos o escuchemos nuevamente de su palabra esta verdad y pidamos que sea revelada en lo más profundo de nuestro ser, para que tengamos esperanza: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,” (Tito 2:11-13).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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