Su soledad con nosotros

Señor, quiero estar a solas contigo, para que me muestres quien soy, que debo cambiar y que debo hacer, solo en la intimidad contigo puedo conocerte y saber que quieres de mi vida. Amén.

«Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola”.
“La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto”.

Lo más importante para nosotros los creyentes es entender que necesitamos tiempo a solas con Dios. Es la manera como Él puede tratar nuestras almas, cuando estamos quietos en su presencia, nos habla a través de su Palabra. Solo así nuestro corazón puede ser confortado, aconsejado, animado, reprendido e instruido.
La instrucción a los doce discípulos fue dada cuando siempre estaba a solas con ellos. Le preguntaban continuamente y Él les exponía las cosas.
Hay muchas razones por las cuales debemos sacar tiempo para estar a solas con Dios, porque necesitamos de Él, porque queremos encontrar reposo en su presencia, porque queremos que nos escuche, porque nos hace entender su voluntad y nos muestra el camino por donde debemos andar. Pero la más importante es porque debemos conocerlo. Nunca conoceremos a alguien sino le hablamos y lo tratamos.
El tiempo a solas es para tener comunión con Él, es el medio para alabarlo, para agradecerle y apropiarnos de las riquezas de su Palabra, es el tiempo para hablarle con confianza y poner nuestros asuntos en sus manos. Es el tiempo para recibir de Él la revelación de sus planes para nuestra vida.
Buscar tiempo para la oración no es fácil, aunque sabemos que es el vínculo entre Dios y nosotros. Jesús dedicaba tiempo a la oración. Debemos seguir su ejemplo en Marcos 1:35 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”.