Soy culpable
2024-01-23
1. Oración inicial
«Padre de la gloria dame un corazón que dependa totalmente de tu misericordia, ayúdame a reconocer mis culpas y permíteme seguir adelante de tu mano por medio de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos?” 2 samuel 12:9a
3. Reflexiona
Dios envió al profeta Natán a que reprendiera a David por haber cometido gravísimos pecados. Entre otras maldades, David había asesinado a Urias, un buen hombre y tomado a su mujer Betsabé dejándola embarazada. Como consecuencia de su pecado, el hijo nacido con Betsabe murió y Absalón, otro de sus hijos, organizó un golpe de estado contra su padre David tomando su trono, además de todo lo exilió y quisó matarlo. En este contexto, cuando David huía de Absalon, escribe el Salmo 3 llamado: Oración matutina de confianza en Dios del que surgen algunas preguntas:
– ¿Cómo puede ser que un hombre culpable se acerque a Dios a pedir su ayuda?: “¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. Muchos son los que dicen de mí:No hay para él salvación en Dios.” (vs 1 y 2)
– ¿Cómo puede ser que un hombre culpable haga la siguiente afirmación? “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza” (vs 3)
– ¿Cómo puede ser que a un hombre culpable Dios escuche y responda?: “Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Selah” (vs 4)
– ¿Cómo puede ser que un hombre culpable duerma tranquilo con todo un pueblo y su hijo siguiéndole para aniquilarlo? “Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí. (vs 5 y 6)
La respuesta a estas preguntas está en el siguiente versículo: “Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová” (2 samuel 12:13a). David no se excusó, no se justificó, se declaró culpable y se arrepintió. Natan le dice: “También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás” (2 samuel 12:13b). David también acepta el regalo del perdón y la misericordia de Dios, acepta las graves consecuencias de su pecado y sigue adelante con su relación con Dios.
Dios nunca rechaza un corazón humilde que reconoce sus pecados y acepta su perdón. Sin duda somos culpables, pero la sangre de Cristo nos redime, nos limpia y nos justifica delante de nuestro Padre.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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