Ser testigos del amor de Cristo cambia nuestra manera de pensar

«Señor Jesucristo reconozco que en ocasiones sigo pensando a mi manera, ayúdame por tu Santo Espíritu a pensar como tú lo haces, ahora que tengo tu mente, quiero llenarme de tus pensamientos para poder así experimentar el significado de ser un testigo de tu amor. Amén.»

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8

Cuando Jesús sale a nuestro encuentro como lo hizo con Saulo de Tarso, nos impacta con su Amor de tal manera que nuestra vida es transformada y ocurre un antes y un después de Cristo; Saulo al tener su encuentro con Cristo resucitado fue transformado y se convirtió en testigo del amor de Cristo llegando a ser el más grande evangelizador, el apóstol de los gentiles, a pesar de que antes había sido un perseguidor de cristianos.
Este cambio radical que ocurrió en la vida de Pablo vino por el cambio que hizo Dios en su interior al creer en Jesús, Pablo al igual que nosotros los creyentes recibió una nueva vida en Cristo, pero él pudo experimentar ese cambio de manera real, porque su forma de pensar también cambió, por eso inspirado por el Espíritu Santo escribe en Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Hoy Dios quiere que la vida de nosotros los creyentes tenga un cambio radical como el que podemos ver en el apóstol Pablo, y para esto debemos comprender que nuestra manera de pensar debe cambiar; de manera práctica significa creer que ya tenemos la mente de Cristo como se nos revela en 1 Corintios 2:16b “Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. Creerle a Dios es entonces empezar a cambiar nuestra manera de pensar renovando nuestro entendimiento, reconociendo cuales son nuestros pensamientos y cuales los pensamientos de Dios, lo cual se logra al pasar tiempo de intimidad con Jesús siendo testigos de su amor y al estudiar las Escrituras, para alinear nuestros pensamientos a los de Dios. Hermanos, que desde hoy de manera intencional y con la ayuda del Espíritu Santo busquemos pensar igual que Jesús, como dice Filipenses 4:8.