Señor tú eres la Vid Verdadera
2018-03-10
1. Oración inicial
Amado Dios, jamás quiero separarme de la vid verdadera, que es Cristo, porque separado de Él nada puedo hacer. A dónde iré si sólo Él tiene palabra de vida eterna. Necesito de ti para vivir una nueva vida llena de abundantes frutos y sólo permaneciendo en ti puedo lograrlo. Te amo Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”, Juan 15:1-5
3. Reflexiona
En el libro Ezequiel capítulo 15 del Antiguo Testamento, hace referencia a una vid inútil, en Jeremías 2:21 a una “vid extraña” y dice: “La vid está seca” en Joel 1:12. Todas ellas estaban lejos de ser auténticas, hasta que vino Jesús y dijo “Yo soy la vid verdadera”, la vid genuina. La palabra empleada para “verdadera” significa real, auténtico, genuino, digno de confianza. Esto es Jesús, verdadero, autentico y real.
Ahora, los pámpanos dependen de la vid, y éstos reciben el agua y la savia del tronco para producir el fruto. Jesús tipifica esta comparación con la frase “permanecer en Cristo”. Nos habla de comunión, perseverancia, intimidad, unidad con Cristo.
Notemos que es en la intimidad con Cristo donde hay “mucho fruto”, pues dice: “el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto” Juan 15:5a. Cuenta la historia que en las vendimias de los judíos: “la rama más cercana al tronco o a la raíz es la que más uvas produce”. Por tanto, podemos observar que “llevar mucho fruto”, es el resultado y beneficio de la comunión con Dios. Cuando vivimos una vida controlada por el Espíritu Santo experimentamos la verdadera renovación, pues Él es la fuente de nuestra vida. La Biblia nos habla de “fruto” y “mucho fruto”. Así Dios quiere llevarnos cada vez de gloria en gloria, darnos mayor revelación de su Palabra hasta llegar a la madurez y dar buen fruto.
La Vid requiere de un labrador que la cuide, la pode y la limpie para dar más frutos. Así mismo hermano, su vida necesita del Labrador para que quite las ramas secas de su vida y los renuevos surjan con más vigor y produzcan una cosecha más abundante.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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