Sellados por el Espíritu Santo
2016-03-23
1. Oración inicial
Padre amado, ayudarme a permanecer lleno y controlado por el Espíritu Santo, para vivir la vida abundante y mantenerme en plena comunión contigo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.
3. Reflexiona
La Palabra de Dios nos exhorta a no contristar al Espíritu Santo que mora en nuestros corazones. Las pasiones humanas, el rencor, la ira, rabia, maledicencia y malicia, contristan al Espíritu Santo. Esto hace que se apague y no podamos experimentar su presencia y su influencia de gracia.
Cuando David pecó y reconoció su falta, lo que más pedía al Señor, era que no quitara la influencia de su Santo Espíritu sobre su vida. El no estar llenos y controlados por el Espíritu Santo trae inseguridad a nuestra vida, ya que estamos actuando y viviendo en nuestras propias fuerzas, lo que hace fluctuante nuestro caminar con Dios. Seríamos deshechos si Dios nos quitara su Espíritu Santo.
El habita en nosotros como el santificador, es la primicia de todo deleite y de la gloria del día de la redención, cuando seremos totalmente transformados para estar en la presencia eterna del Señor.
El Espíritu Santo nos sella, estampa su marca en nosotros para decir que le pertenecemos a Dios y es la garantía de que hará lo prometido. Es el anticipo, el depósito, la firma válida de un contrato de que somos hijos de Dios. Los creyentes al ser sellados, somos separados y puestos aparte para Dios. Diferenciados y marcados como su pertenencia.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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