Riquezas espirituales
2017-03-20
1. Oración inicial
Padre Dios, examina mi corazón, escudríñame en lo más profundo de mi ser, y consume todo apego al dinero y a los bienes de este mundo, quiero intensificar mi búsqueda diaria de tu presencia, a través de tu Palabra, la oración y la obediencia. Que tú seas mi primer lugar. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“(El Señor Jesús) Luego les contó una historia: Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: ¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas. Entonces pensó: Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete! Pero Dios le dijo: ¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”, Lucas 12:16-21
3. Reflexiona
Muchas veces perdemos el rumbo que deberíamos llevar, afanados en cosas que no son el fin principal de la vida. En ocasiones dejamos que el trabajo, el dinero y muchas tareas ocupen el lugar más importante en nuestra vida. Nos preocupamos por tener dinero, por vestir bien, por tener lo último en tecnología, por tener una bonita casa y muchas otras cosas materiales, pero nos olvidamos de nuestra relación con Dios que debería ser lo más importante en nuestra vida.
¿Qué es lo más importante para ti en este momento?, ¿Tu trabajo?, ¿Obtener bienes?, ¿Relajarte?, ¿Divertirte?, ¿O Será tu relación personal con Dios?
Nos preocupamos por todo menos por estar bien con Dios, buscamos añadiduras antes que el reino de los cielos. Queremos recibir, pero no ponemos nada de parte nuestra y lo peor: terminamos enojándonos con Dios por no responder a nuestros caprichos.
El dinero no es malo, pero el amor al dinero si, Los bienes no son malos, pero vivir solo para ello sí. Trabajar no es malo, la misma Biblia dice que el que no trabaja bueno es que no coma, pero lo malo es cuando el trabajo se convierte en tu vida, cuando ocupa el lugar que debería ocupar Dios, cuando haces de tu trabajo o el querer dinero y bienes lo primordial en tu vida.
La invitación es hacer de Jesucristo lo más importante en tu vida, pero no solo de palabra, sino con acciones. Debes tratar de ser rico en tu relación con Dios, de lo contrario eres un necio.
Dedícale tiempo a Dios, ora cada día, lee su Palabra, congrégate, obedece a Dios, ama a tu prójimo, pero sobre todo ama a Dios cada día y que tu vida sea una honra al Señor, que todo lo que hagas, hables, veas, oigas o pienses glorifique el Nombre de Dios y que lo más importante de tu vida sea la relación personal con Él. Cuando nos decidimos a ser ricos en el Señor a través de lo espiritual, Dios se encargará de bendecirnos en lo material.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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