Revístanse del nuevo hombre
2025-03-27

1. Oración inicial
«Padre, por el evangelio tengo la buena noticia de que mi vieja naturaleza, mi viejo hombre, fue crucificado juntamente con Cristo y que he sido resucitado juntamente con Cristo para vida nueva, ya no vivo yo, estoy en Jesús. Amén»

2. Lee la palabra de Dios
“y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”, Efesios 4:24
“y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,”, Colosenses 3:10

3. Reflexiona
El Señor nos llama y nos revela, por su palabra, a cada uno de los creyentes a colocarnos el ropaje de la nueva naturaleza; esto es algo que se hace de manera espiritual pero de forma muy práctica, pues lo que creemos o aquello con lo que nos identificamos, influencia radicalmente nuestra vida.
Es muy importante a qué creencia de vida nos aferramos, mucho más si tenemos en cuenta que creer en lo que dice la palabra viva de Dios, es algo transformador. Nos impulsa a pensar diferente y a tomar decisiones radicales, en contravía de nuestra naturaleza pecaminosa, y en contra de la corriente del mundo. (Juan 6:63).
Esto significa que, por la fe en la palabra de Dios, somos nacidos de nuevo, como dice 1 Pedro 1:23 “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”
Por esto Jesús le decía al religioso Nicodemo: “tienes que nacer de nuevo”, pero él no podía entender en su mente carnal, heredada de Adán; y Jesús le insistía que era un nacimiento espiritual, que solo podía ocurrir si Nicodemo colocaba su fe en el Hijo de Dios, por eso le dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Ahora que hemos aceptado a Cristo y hemos nacido de nuevo, enfrentamos una lucha diaria que implica despojarnos del viejo hombre, que está corrompido y tomar esta nueva naturaleza; por esto nos dice “vestíos”, pues es algo que ya tenemos y que debemos mantener a diario.
Por lo anterior, el llamado de la Palabra de Dios es a que: “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”, (Romanos 13:13-14).
Hermanos ya tenemos libertad, pero no para meter las manos en la candela y quemarnos, sino para vivir en la guía del Espíritu y por su poder que actúa poderosamente en nosotros, hacer morir las obras de la carne: “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.”, (Romanos 8:13)

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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