Responsabilidad moral del hombre
2017-11-03
1. Oración inicial
Padre, en el nombre de Jesús ilumina mi vida con tu evangelio de paz, guíame a ser luz y ejemplo para anunciar tu salvación. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles” Romanos 1:21-23.
“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,” Romanos 2:4-5
3. Reflexiona
El hombre, es un ser moralmente responsable de sus actos y de sus decisiones, que sin Cristo en su vida vive esclavo de sus pecados. Sin embargo, esto no lo hace inexcusable, sino al contrario responsable de atender el llamado de Dios al arrepentimiento (Hechos 17:30) y a aceptar a su hijo Jesucristo, “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:17).
Así como la justicia del mundo castiga el delito por el cual es hallado responsable un delincuente, Dios también es un Dios de Justicia, que juzgará al mundo por medio de Jesucristo, como está escrito: “por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:31), es decir el mundo será juzgado si rechaza a Cristo, pues Él es el pago por nuestros pecados y la única forma de dejar de ser esclavos del pecado.
Prestemos atención a la palabra de Dios que nos lleva a entender el plan maravilloso de salvación del hombre por medio de su hijo Jesucristo, siendo responsabilidad del hombre no envanecerse en su propio razonamiento, sino atender en el tiempo propicio su llamado, como dice la Escritura “…En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.” (2 Corintios 6:2).
Y es nuestra misión como creyentes anunciar a Jesucristo como señor y salvador, a través del evangelio.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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