Respondiendo al llamado - Parte 3
2022-11-14
1. Oración inicial
«Padre, tu Hijo Jesús es mi mayor ejemplo de obediencia y mi meta es vivir cada día como Él lo hizo en la tierra, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Lucas 22:42
3. Reflexiona
Si el ejemplo de María nos sirvió para entender que esa es la manera en la que debemos estar dispuestos a recibir y aceptar nuestro llamado, sin duda alguna con la vida de nuestro Señor Jesús lo comprenderemos mucho más. En el evangelio de Lucas podemos ver a Jesús en su condición humana, reconociendo su angustia y tristeza ante el llamado que Dios le ha hecho (ir a la cruz para que nuestros pecados fueran imputados sobre Él); y al hacer esto se produciría una separación en la relación suya con el Padre. Por lo que, al verlo en esa condición nos resulta más fácil identificarnos con Él, pues ¿cuántas veces nuestras emociones quieren dominarnos e impulsarnos a no cumplir con el propósito que Dios nos ha encomendado? Diríamos que muchas veces, pero cuando ponemos nuestra mirada en Jesús vemos cómo nos enseña a través de su vida, que aun nuestras emociones, pensamientos y voluntad pueden ser sujetas a la voluntad de Dios; y esto gracias al poder del Espíritu Santo, quien vive y mora en nosotros. Esa sujeción es la que nos conducirá, a cada uno de nosotros, a cumplir con el propósito que Dios nos ha dado, así como lo hizo Jesús.
En Cristo vemos la disposición de querer y hacer la voluntad de su Padre; el querer, cuando pide se haga la voluntad de Dios en su vida; y el hacer, cuando se levanta y camina a enfrentar su llamado, la cruz. De igual manera debemos hacer nosotros.
Basta ya de excusarnos y de continuar poniendo nuestra mirada en aquello que no sea Jesús; sigamos su ejemplo, oremos, levantémonos, digamos sí al llamado que Dios nos hace, pero sobre todo, actuemos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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