Renovemos nuestro corazón

Señor, lléname de sentimientos buenos, y permite guardarlos como un tesoro, para que todo lo que salga de mi corazón de un buen fruto, para la bendición de todos los que me rodean y no contamine con malos deseos y pensamientos mi vida y la de otros. Danos un corazón puro y renovado.

«Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos.No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.», Proverbios 4: 20-27

Es importante que guardemos nuestros sentimientos, porque ellos influyen en la totalidad de nuestra vida. Todo lo que permitimos que entre en nuestro corazón, los buenos sentimientos, el amor , el perdón, la paz , nos hacen personas felices. Pero si por el contrario nos llenamos de amarguras, odio, resentimientos y sentimientos negativos seremos personas desdichadas. Solo nosotros decidimos como queremos vivir.
Nuestro corazón, nuestros sentimientos de amor y deseos, dictan en gran manera cómo vivimos. Salomón nos dice que tengamos cuidado con nuestros afectos, que nos aseguremos y concentremos en esos deseos que nos mantendrán en el buen camino. Asegurémonos de que nuestros afectos nos lleven hacia la dirección correcta. Pongamos límites a nuestros deseos y seamos puros como Jesús alejándonos del pecado.