Renovar nuestra mente
2024-08-19
1. Oración inicial
«Bendito Padre de misericordia y Rey de gloria, toda mi gratitud y alabanza son para ti, Señor; según como dice tu Palabra, juntamente con Cristo, me has dado todo lo que necesito. Concédeme, Padre bueno, una fe cada vez mayor para creer y vivir lo que diariamente a través de tu Palabra y tu Espíritu me revelas, por Jesucristo, mi Señor, amen. «
2. Lee la palabra de Dios
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Efesios 4:22-24
“Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” 1 Corintios 2:16
3. Reflexiona
Renovar nuestra mente en el continúo propósito de alcanzar la meta de desarrollar el carácter de Cristo, es un proceso indispensable y también diario; por una parte, tenemos nuestros propios pensamientos carnales que tienden a ser contrarios a los altos y grandes pensamientos de Dios, y de otro lado también tenemos al mundo que cada vez va más en decadencia y rebeldía con lo que de Dios respecta. Por esto, las lecturas bíblicas del día nos recuerdan la importancia de esta renovación.
En primer lugar, tenemos Efesios 4:22-24 que inicialmente nos manda a que dejemos atrás o nos despojemos de esa antigua manera de vivir que nosotros antes de conocer a Jesucristo teníamos, pues esta era guiada solamente por los deseos engañosos de nuestro ser, y una vez tomada esta decisión, el siguiente paso es renovar nuestra mente, o en otras palabras, cambiar nuestra manera de pensar, desaprender lo viejo y aprender lo nuevo.
Y para esto, la verdad más esencial y poderosa que debemos saber, es que por el amor de Dios y la gracia de nuestro salvador, ahora cada creyente posee la mente de Cristo; ¿y qué quiere decir esto?, que por su Espíritu que mora en nosotros y su Palabra que revela sus pensamientos, nos es posible entender, guardar y perseverar en esos pensamientos que provienen de Dios y que contrarios a los nuestros, son en todo tiempo buenos, justos, puros, amables, honestos, llenos de virtud y dignos de alabanza (Filipenses 4:8-9). De modo que, si en lugar de tu mente carnal, la mente de Cristo deseas experimentar, su Palabra en la revelación de su Espíritu debes diariamente escudriñar.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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