Recibir el reino de Dios como un niño

«Señor mío, hoy quiero descansar en tus brazos, recibir tu mensaje con toda expectativa y confianza, porque puedo confiar que lo que tú dices es verdad y reconforta mi vida, coloca hoy tus manos sobre mí y bendice todo mi ser, amado Dios, porque hoy me rindo completamente ante ti Jesús. Amén.»

“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolos Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.” Marcos 10:13-16

La palabra de Dios hoy nos invita a recibir a Cristo con la actitud que tiene un niño, lo que significa que estamos llamados a hacerlo con humildad, en el sentido de rendirnos completamente a Dios y de aceptar su autoridad, pero también a la sencilla pero profunda confianza en la gracia de Dios; por esto el Señor dice “el que no reciba”, en lo cual no está diciendo que tengamos que dar algo, sino que como niños esperemos que Él nos dé su amor.

“De los tales es el reino de Dios”, es la afirmación de que aquellos que tengan la misma disposición, confianza y sencillez que un niño para recibir y confiar en las palabras del Maestro, obtendrán la entrada y les pertenece el Reino de Dios.

Esto nos invita a reflexionar si cuando nos hablan de Jesús o cuando leemos su palabra, tenemos esa misma capacidad de asombro y esa misma manera de aceptar su mensaje y guardarlo en nuestro corazón como lo haría un niño, o nos hemos vuelto insensibles, cerrando nuestros oídos y dejando para después una cita con Cristo.

Recibamos hoy su Palabra con toda expectativa y con una confianza total, sin prejuicios, sin dudas, porque sus palabras son espíritu y son vida, nos hacen nacer de nuevo para que podamos ver con nuestros ojos espirituales todas la bendiciones que Jesús tiene para nosotros.