Quiero volver a ti
2016-02-13
1. Oración inicial
Señor, abre mis ojos, y convénceme del pecado que me aleja de tu gracia y amor, déjame mirarme bajo tu luz y aclárame el camino para no llevar mi vida a la autodestrucción, vísteme con tu manto de justicia y déjame refugiarme nuevamente en tus brazos. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti».
» Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio».
3. Reflexiona
¿Qué significado tiene en nosotros esta expresión: “volviendo en sí”?, significa recapacitar, reconsiderar algo que hemos hecho, reflexionar, reaccionar, arrepentirse, tomar nuevas decisiones, cambiar de opinión, empezar de nuevo, etc.
El hijo pródigo malgastó y desperdicio su herencia, pero cuando ya tocó fondo en esa vertiginosa caída a una vida de perdición, hizo un pare. Se dijo a sí mismo “me levantaré”. Este levantaré habla de una reacción, de un esfuerzo para salir de su estado de ruina espiritual y moral.
Cuando nos apartamos de Dios y nos alejamos del camino le estamos permitiendo al enemigo controlar nuestras vidas, él nos llevará a ese estado de autodestrucción, y tendremos que confrontar problemas, financieros, emocionales, depresión, ansiedad, soledad y la culpa por el pecado.
Dios en su infinito amor y misericordia quiere atraernos de nuevo a Él para que no nos lastimemos y por eso no nos abandona. Nos ha dado a su Santo Espíritu para que nos rearguya de pecado, de justicia y de juicio. Él es el faro en medio de una gran oscuridad, Él es la brújula que nos muestra cuan perdidos estamos cuando nos separamos de Dios, Él es ese grito fulminante de fe que puede levantarnos de ese estado caído y ayudarnos a tomar la mejor decisión: “me levantaré e iré a mi Padre”. Este es el punto de retorno en la conversión del pecador.
Mirar a Dios como ese Padre amoroso es útil para nuestro arrepentimiento y regreso a Él. Dejemos resueltamente las ataduras de Satanás y sus caminos y busquemos el amor perdonador de ese Padre, que quiere vestirnos con el manto de la justicia del Redentor. Volvamos en oración, humildad y arrepentimiento a sus brazos que siempre estarán abiertos a nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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