Quebrantados de corazón
2019-03-15
1. Oración inicial
Señor, mi corazón está conmovido, entrego a ti toda mi ansiedad y toda mi confianza, descanso en tu palabra porque se que tu me sanarás y restaurarás mi vida por amor a Cristo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14:27
“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.” Salmos 147:3
3. Reflexiona
Ante los sucesos de la vida nuestro corazón se conmueve, por eso muchas veces se llena de preocupación y de temor. La incertidumbre de la vida, el no saber qué pasará con nuestro futuro o algún suceso inesperado, un dolor insoportable, realmente nos llena de dudas. Estos son los momentos propicios para llevar a Dios toda carga y ansiedad por medio de la fe en Cristo, pues Él tiene cuidado de nosotros.
Él se ocupa de nuestro corazón herido, lo sana, nos da uno nuevo, porque por medio de su Palabra sana nuestras heridas, como dice el Salmo 107:20: “Envió su palabra, y los sanó, los libró de su ruina”,
Jesús afirmó que parte de su misión era “sanar a los quebrantados de corazón” (Lucas 4:18). El Señor no rechaza a un corazón que está arrepentido y quebrantado pues el sacrificio que acepta de nosotros es “el espíritu quebrantado y el corazón contrito y humillado” (Salmos 51:17). Quebrantado y humillado también por haber pecado contra Él. Las consecuencias del pecado nos llevan a la desesperación, pero el camino que debemos tomar no es alejarnos de Él, sino el arrepentimiento y abandonar el camino equivocado, pues “Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón; él salvará a los contritos de espíritu” (Salmos 34:18), y nos librará de todas nuestras angustias y perdonará todo pecado.
La más sublime y elevada oración ocurre cuando nuestro corazón está turbado o quebrantado y en ese preciso instante depositamos toda nuestra confianza en Cristo, llevando a Él toda ansiedad; a cambio nos da su Paz indecible que supera todo entendimiento, que guarda nuestro corazón y nuestro pensamiento en Cristo Jesús.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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