Que yo mengüe para que Él crezca
2019-04-13
1. Oración inicial
Señor, que tu amor y tu sabiduría crezca cada día más en mí, para llevar mucho fruto. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.» “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.”, Juan 3:28,30
3. Reflexiona
Nuestro ego, nuestro yo, quiere siempre tomar el control de nuestra vida, los deseos egoístas quieren gobernar y decidir el rumbo. Pero no debe ser así. Cuando recibimos a Cristo, recibimos nuestra verdadera identidad y una nueva naturaleza, la cual debe definir nuestro día a día. Lo que somos en Cristo debe gobernar nuestra mente, debe limpiar nuestros pensamientos y dirigir nuestros actos.
Juan el bautista nos da el ejemplo que siendo un gran profeta y teniendo muchos seguidores, no era a él al que debían seguir, sino al que él anunciaba. Muchos predicadores modernos se olvidan que no es al hombre al que deben seguir, sino enseñar al creyente a rendir su vida y voluntad al Cristo vivo; quien no se quedó en la tumba, que habita con nosotros por su Espíritu Santo y estará EN todo aquel que le reciba.
Como la parábola de la semilla de mostaza que nos relata el Señor Jesús, nuestra fe debe crecer y dar fruto, (Mateo 13:31-33), en la medida que Cristo tome el control y nuestro yo merme, creceremos hasta llegar a ser un árbol frondoso, de donde los demás toman sombra y buen ejemplo; un árbol que lleva mucho fruto.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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