Que nuestras acciones muestren a Cristo
2015-10-23
1. Oración inicial
Dios de amor y de gracia, ayúdame a vivir cada día reflejando tu luz a otros a través de mis acciones. Quiero glorificarte con cada cosa que hago para que otros te alaben y te glorifiquen también. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».
3. Reflexiona
Pensemos un poco en este pasaje y reflexionemos, una acción vale más que mil palabras. ¿Qué ven las otras personas en nuestras acciones? ¿Estamos haciendo lo que Jesús hubiera hecho? ¿Estamos glorificando a nuestro Padre Celestial o estamos actuando en forma contraria a lo que creemos?
El Señor nos dice que somos la luz de este mundo y que debemos brillar de tal manera que otros vean a Cristo en nosotros. ¿Estamos ocultando nuestra luz? El Señor nos pide no esconder nuestra luz del resto del mundo, lo podemos estar haciendo cuando callamos en vez de hablar, cuando hacemos lo que todos hacen y no lo que Dios nos pide hacer, cuando negamos su presencia en nuestras vidas, cuando dejamos que el pecado nos empañe y permita reflejar la luz de la Presencia de Cristo, cuando ignoramos a nuestro prójimo y no nos fijamos en sus necesidades.
Dios también nos llama a ser sal, que nuestro carácter y nuestros principios cristianos, sean una presencia activa en este mundo, de tal manera que al tener contacto con los demás, podamos detener la corrupción de esta generación, llevando sabor a su insipidez. Pero que pasa, si la sal se desvaneciere, se convierte en insípida, pierde su salinidad o capacidad de salar. En términos espirituales se podría decir que si el cristiano pierde la gracia que lo convierte en bendición para sus semejantes, carecería de los elementos para poder llevar el evangelio a este mundo.
Debemos presentarnos de tal manera que los demás vean a Cristo viviendo a través de nosotros y glorifiquen al Padre para que tengan la oportunidad de transformarse y ser redimidos como nosotros. 1Juan 2:5-6 “pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn