¿Qué le estamos entregando a Cristo?
2017-05-19
1. Oración inicial
Señor Jesús, tu siempre miras mi corazón y la actitud que tengo para dar. Quiero agradarte cuando doy para tu obra mi tiempo, dones, habilidades y aún mis recursos materiales. Que no sea como los hipócritas que dan para ser vistos, sino con un corazón humilde y generoso. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Jesús se sentó frente al lugar donde se depositaban las ofrendas, y estuvo observando cómo la gente echaba sus monedas en las alcancías del templo. Muchos ricos echaban grandes cantidades. Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás. Éstos dieron de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento”. Marcos 12:41-44 NVI
3. Reflexiona
Alguien decía: “La verdadera generosidad da hasta que duele”. La cantidad de lo que damos no es lo que importa. Sino como lo damos. Aquí Dios mira nuestra actitud. El verdadero dar es sacrificial. ¿Estaríamos dispuestos a sacrificar algún gusto o placer, para dar más en la obra del Señor? Al leer esta historia, podemos mirar la actitud con la que damos a Dios. ¿Será que nos tenemos que avergonzar porque siempre estamos esperando de alguna manera una compensación de parte de Dios? ¿O estamos dando deliberadamente, sin esperar nada a cambio, simplemente por honrarlo a Él?
Esta mujer dio con derroche. Había podido guardar una moneda, sin embargo dio todo lo que tenía. Aquí hay una gran verdad espiritual. A menudo hay parte de nuestra vida, de nuestras actividades, de nuestros talentos, que no le entregamos a Cristo. Nos cuesta llegar al sacrificio total, a la rendición total.
Jesús nos muestra aquí un gran ejemplo de generosidad. Podemos pensar que no tenemos dones personales y materiales para ofrecer a Cristo, pero si ponemos nuestra vida a su disposición, Él puede hacer grandes cosas que no alcanzamos a imaginar con nosotros. Jesús siempre mira el corazón. A los ojos de Jesús esta viuda dio más que todos los demás, a pesar de que su ofrenda fue la más pequeña. El vio el espíritu con que ofrendó, con generosidad y gratitud.
Las ofrendas se colocaban en cestas y las personas ricas querían atraer la atención hacia sus ofrendas, dándolas para que otros las vieran. Para Jesús lo más importante no es la cantidad sino el compromiso y sacrificio que ella representa. Miremos que actitud tenemos al dar nuestra vida, tiempo, talentos y recursos para Dios, quizás no lo estamos agradando.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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