Que Jehová tu Dios esté contigo

Padre Amado, quiero obedecerte en todo, someterme completamente a tu santa y perfecta voluntad, así como también someterme a la autoridad de mis líderes. Quiero apropiarme de tus promesas, en la confianza que a su tiempo se cumplirán como lo hiciste con la casa de Israel. Amén

“Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés”, Josué 1:16-17

El pueblo de Israel le expresa a Josué, el deseo de tener la presencia de Dios con ellos, pese a que era un pueblo duro de cerviz.
Moisés había muerto y Dios levantó a Josué. Ellos conocían la mano poderosa del Dios Vivo y Soberano, que les había escogido como su pueblo amado, ellos entendían el porqué de la demora en llegar a la tierra prometida; y estaban dispuestos a obedecerle en todo. También, entendían el significado de tener a Dios a su favor y porque el pueblo debía obedecerle.
Dios mismo le hace promesas a Josué, las mismas que le hiciera a Moisés, las mismas que hoy nos hace a nosotros, requiriendo obediencia en todo.
Josué tomó su liderazgo con obediencia, agradándole en todo y sometido a la voluntad de Dios, con disposición pese a los desafíos que debía enfrentar.
Hoy en día, Dios ha levantado pastores a quienes les ha encomendado apacentar su pueblo amado y les ha dado autoridad, a los cuales debemos respetar y obedecer. Y más aún cuando vemos a esos líderes que con obediencia y sencillez de corazón se someten a la voluntad de Dios y le siguen, pues se cumplirá lo que se escribe en el libro de Josué: “No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió”, y así será con nosotros