¿Qué espera Dios de nosotros? Parte 2

«Señor, por favor guíame y muéstrame tu voluntad, dónde y cómo ayudar a los que requieren mi ayuda, coloca en mí un corazón noble y sensible a las necesidades de mi prójimo, quita todo egoísmo de mi corazón. Amén»

“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;” Deuteronomio 10:12

El Señor pide de nosotros que lo amemos con todo nuestro ser, y que como evidencia de ese amor, amemos a nuestro prójimo, pero ¿quién es nuestro prójimo?, es cualquier persona que se cruce por nuestro camino, conocida o desconocida que necesite ayuda. (Lucas 10:25-37).

Nuestros actos demuestran nuestra fe y obediencia a Dios, y Él nos pide amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos. Esto coloca fin a todo discurso, pues de nada sirve que digamos que conocemos y amamos a Dios sino somos capaces de transmitir ese amor a los demás; el temor de Dios implica guardar sus mandamientos y estos se resumen en amarlo a Él sobre todas las cosas y a nuestro prójimo. (Eclesiastés 12:13-14)

Así que, no nos olvidemos de hacer el bien y de ayudarnos mutuamente, porque este es el sacrificio que agrada a Dios (Hebreos 13:16). La religión pura y verdadera consiste en hacer algo por los que están en necesidad y no dejarnos contaminar del mundo (Santiago 1:27), evitando agradarnos a nosotros mismos y llegando a ser egoístas e insensibles a las necesidades ajenas.